Este es el primer ejercicio, de retando a la musa y pues ya llevan 3 semana desde que comenzó, pero yo los posteo hasta ahora porque iba a hacer sin autorización (Hay si la correcta) pero en fin, ahora me puse al hilo y pues aquí está, sinceramente me siento bastante realizada con este texto, no es que sea la octava maravilla del mundo pero me encanto como me quedo, quizás porque a pesar de todo me divertí haciéndolo pues las palabras de este encadenamiento eran:
Sol.
Música.
Mar.
Correr.
Frío.
Rojo.
Luces.
Letras.
Miel.
Piedras
Arena.
Y he aquí mi encadenamiento en una narración corta.
***
Destellos de sol llenaron la habitación de
calor, sus pequeñas cortinas vivas empezaron a parpadear dejando al descubierto
y por lapsos sus hermosos ojos marrones, muchas veces los había visto pero por
la mañana era especialmente hermosos, hacían que su corazón latiera tan rápido
como el galopeo de los caballos y tan rítmico como un el aletear de un colibrí.
—¿Te desperté?
—pregunto un tanto avergonzada, el otro solo sonrió de manera picara. — Yo…
—Está bien, es
normal que la gente despierte por la mañanas —Escuchar su voz fue como música
para sus oídos y una reacción eléctrica para todo su cuerpo, el chico volvió a
sonreír —¿Tienes hambre?
—No gracias —mintió
pero su estomago la delato con un gran gruñido.
No le quedo mas que
sonreír ante la carcajada que soltó él, “tranquila” se dijo a si misma, “no es
nada del otro mundo”.
—Personalmente tengo hambre, y algo me dice que tu también —Le dijo abotonándose
la camisa — Saldré a buscar algo que desayunar, tal vez unos cafés para
terminar de despertarnos.
Se limitó a afirmarle con un leve movimiento de la cabeza, pudo ver que el
chico la observo extrañado y cuando salía de la habitación, con un suspiro se
dirigió hacía el balcón para verlo irse, primero observo el mar, que robaba la
mayor parte del paisaje en la ventana, después volvió su vista hacía abajo, justo
le vio correr sobre el pavimento para evitar ser golpeado por algún carro, poco
a poco lo observó perderse entre las personas y el ruido, regresó a la cama y
se envolvió en las sabanas a causa del frío que le hizo sentir la brisa marina.
La puerta se abrió despacio por lo que le dio tiempo de brincar de la cama
a la puerta para ayudarle con lo que el chico traía —Gracias. —le dijo dándole los
bazos con un fuerte aroma a café, por su cabeza paso la posibilidad de que el
tal vez no regresara, pero verlo de vuelta le levanto un poco los ánimos.
—Traje desayunos tradicionales, no sabía como ibas a preferir los huevos,
así que traje uno de cada uno —Observó la comida, se veía excepcionalmente sabrosa,
no estaba segura de si porque lo era o solo porque tenía tanta hambre que
comería cualquier cosa y la sentirá deliciosa.
Los huevos que ella había elegido traían una salsa de un rojo tan incandescente
que casi podía ver el humo picante salir de ella, que tomó la decisión de
no probarla.
—¿Algo te molesto? —Él preguntó tan repentinamente que ella sintió como el
trozo de pan se atascaba a mitad de su garganta. —¿Fue algo que dije? ¿Fue algo
que hice? Acaso ayer…
—¡No! —Le interrumpió —Ayer… ayer para mí fue maravilloso, es solo que
parece que para ti no lo fue. —Escuchó como él volvía a soltar una carcajada y
esta vez la hizo sentir molesta. —¿Para ti todo fue una broma?
—¿Te pareció una broma? —Le contestó que sí con el ceño tan fruncido como
la piel se lo permitía, —Cuando estoy nervioso, trato de ocultarlo riéndome,
para no ser tan obvio.
Se quedó tan sorprendida, nunca lo había pensado de esa forma, a veces las
mujeres decimos saberlo todo de un hombre pero resultamos no saber nada, sus suposiciones
no estuvieron ni las luces de cerca, a lo que realmente fue, se disculpo, sintiéndose
ridícula.
—Ninguno de los dos somos adivinos. —le dijo, se acercó a ella la tomo entre sus
brazos y la beso tan profundamente que sintió que todas las confusiones de
antes valieron la pena si este era el
premio.
Despertó de nuevo ya entrada la noche, mientras estiraba su cuerpo sintió
un papel arrugarse atrás de su espalda, lo levanto nerviosa y lo leyó detenidamente.
“No te asustes preciosa, te espero en la playa cerca del carro de comida,
date prisa”
Observo como las letras se curvaban de manera esa manera tan peculiar que
tenía el, no le quedo tiempo de pensar en nada más que vistió lo mas rápido que
pudo si hubiera una competencia de ver quien se viste más rápido lo más seguro
es que ella hubiera ganado.
La playa estaba llena, toda la gente se había reunido para ver los fuegos
artificiales que lanzaban en otoño, si
no había contado mal habían alrededor de cinco puestos de comida, como no se le
había ocurrido especificar en cual de todos estaría, busco en cada uno hasta
que dio con el, estaba parado junto a la puesto de dulces.
—Olvidaste ser mas especifico. —le dijo desde lejos.
Él le sonrió —Me gusta sentirme buscado de vez en cuando. —Contesto tomándole
la mano y besándola suavemente, sus labios estaban un poco pegajosos y con un
ligero sabor a miel.
—¿Estas listo para los fuegos artificiales? —Preguntó girándose hacía donde
se suponía iban a estar en unos segundos.
—No, no estoy —se volvió para preguntarle el porqué, lo primero que vio fue
un anillo con pequeñas y finas piedras azules, zafiros de seguro, lo segundo que vio
fue como él se hacía más bajo, hasta que sintió que la arena junto a sus pies salto.
Todo pasó tan rápido que no fue capaz de reaccionar o decir algo.
—¿Quieres casarte conmigo? —Y allí estaban, el arrodillado en la playa, con
los fuegos artificiales reventando sobre ellos, todo parecía tan mágico.
Tomo aire y lo dejo salir tan despacio como pudo para poder dar una respuesta
sin que la voz le temblara finalmente dijo. —Sí.
***
HAHAHA cursi yo lo sé, pero déjenme así soy yo de cursi. voy a confesar que la respuesta de ella iba a ser que no pero después dije.... como es posible decir que no.
1 comment:
No me gustó mucho porque lo encontré muy típico y larguillo para las palabras que eran aunque si que me gustó las comparaciones que hiciste :)
Si quieres pasate por mi blog, yo también estoy participando y ya te sigo! :D
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